domingo, 20 de abril de 2008

El habla de un punto mesiánico

"Fractalmente sollozable"-pensaba entrecortando pensamientos-"Maravillosamente vislumbrable y repentinamente sulfúrico, es paroxismo en un estado vegetativo, o mas aún, es paroxismo a punto de convertirse en aire frío a causa de la contención involuntaria del mismo paroxismo". Mientras la piel se maceraba sobre una silla, asicalaba sus ojos con lágrimas semióticas ampapadas de empatía, y seguía perdido en sus vacilaciones: "Si la explosión no ocurre, mi escencia y mi sustancia seguirán tán estáticas como mi posición, no podré salir de mi interior, ni siquiera puedo hablar, y según recuerdo, si hablo perderé aliento para la proxima bocanada de triste certeza, mis ojos se incharán y ni siquiera tendré el placer de mostrar mis lágrimas, seguro mis desgracias caerán al fondo del pozo que me están preparando desde que no emito sonidos más que jadeos y quejas cuasi-sexuales, no siento mi bajo vientre y me vuelvo un personaje indefinido, pasivo, una burla de la selección natural, no me toman en cuenta ni como sobreviviente, habiendo hecho tanto por sus vidas que, ahora, considero desdichadas y las maldigo, siento rencor por ellos, siento rencor por todos ellos, incluso por mis pares, que se quejan constantemente vociferando balbuceos que no corresponden a ninguna lengua entendible, solo a la nuestra, somos conceptos de diccionarios, pero conceptos creados a partir de la ignorancia y del hedor de nuestros cuerpos, se hacen recuerdos de natalicios en sus santuarios, pero se olvidaron que no nos correspondió una vida fetichista sumergiéndonos de nuevo en sus practicas y rutinas, olvidándose de las nuestras, creyéndo que la elegimos una vez abandonamos nuestro cuerpo, era preferible estar arrodillado en una jaula y que nos tachen o nos golpeén acusandonos de demagogia y brutalidad de altruismo, yo lo hubiera preferido..."-dijo parsimonioso y abatido de tristeza.
En ese instante un ser borroso cortó su diálogo, y asentando su mano sobre su languidez empezó:-"De a poco sus ojos se van cerrando, el sueño arribará en cualquier instante, dejad de pensar en rencores, su cuerpo se le será retribuido cuando la ocasión lo merezca, esa ocasión no depende de usted, solo de ellos... y no exclame pues no le entenderán, solo usted a ellos, eso no llevará a la devolución de su movimiento, ¡déje de moverse!, no es dueño de su tiempo ni mucho menos, ni siquiera piense, ponga su mente en blanco antes de dormir, vera qué facil se hace para usted la aceptación, ya nada le puede fallar, solamente espere este final..."
Así fue que su desierto se convirtió en un oasis simbiótico, y el cielo cubrio de estrellas al universo, cobijó su escencia y se perdió como siempre, entre el tiempo y el suceso.

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