domingo, 10 de febrero de 2008

Sobre el final alternativo.

El Eco de un momento abstracto va condensandose en las membranas que albergan a mi cerebro, y mientras ellas se defendían del ruido provocado por estos fantasmas impalpables, los engendros hiban purficando el ambiente con pigmentos que van más allá de las vista, y la luz que los identificaba huyó al anonimato al no poder descubrirlos, pero cuando su haz se convierte en un susurro entre el silencio, un linea que parecía estática comienza a serpentear, atravesando partículas de espacio hacia la pared vieja que habia sido constuida por las vergüenzas del gigante de un pueblo, que al inventar sus propios defectos prefirio estar en la oscuridad, causando ésta un muro de concreto psicologico a través del cual el gigante se escondía, pero paranóico, desenfundaba siempre su cuchillo, provocandole pavor al horizonte, que cubierto de calima de cenizas, luchaba por volver a ver a su enemigo, que habia provocado el incendio, asesinando infinitas ideas que de alguna manera intentaban volver a lo que vislumbraban como el comienzo de su ser, el olvido.


Un vaso de vino tinto

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