Habiendo convidado el brebaje místico, la noche cayó sobre nuestras espaldas y nos provocó una especie de amnesia, sucumbiendo ante nuestros ojos de los sueños, y desmayandonos sobre el lecho de la presion arterial.
A la piedra principal afectó el aneurisma y revitalizó otras que parecian ya perdidas, la depresion y el tedio del tres cuarto de día, de sonidos espeluznantes y continuos, por la tradicion adorados, y por los colgados contemplados.
Mientras, testigos estaticos observan el fracaso de nuestros planes, y sonrien paralelos...malo
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