jueves, 15 de mayo de 2008

O Tu dedicación y La sazón de mis Mentiras

Esta vergüenza, esta catalepsia, por buscar tus párpados entrecerrando de satisfacción, por mirar tu madurez, por maravillar tu cuello, tu piel, sensible tejido carmín, por ser la raiz de tu rubor, por saborear tu calor, tus formas y tus idas y vueltas, ahí, frotando tu miel, agasajandola en tus labios, rodeando tu rostro, tu cadera, tu entrepierna de cadente si menor; idiota te espero explorando la carne cruda, viva, fulgurante, y las manos no me alcanzan, no me alcanza la fantasía... ni la realidad flemática de la culminación... y no te siento viva, no me siento vivo, ergo, me siento un laído pedazo de carne sangrante husmeando en tus alas de seda... y yo obsecuente, yo rendido a tu amor, y mi amor, temple inmaduro y crispante... perdido voyerista fantástico.
Al que no sepa leer.

No hay comentarios: